He creído durante décadas que el ideario educativo se fundamentaba en la formación para la igualdad y en la educación en valores. Así hacíamos los profesionales de la enseñanza, y actuábamos a la par que la sociedad y buscábamos normas que lo consolidaran. Ahora que estoy en lo que llama "el sistema" fuera del sistema productivo, veo que ya no es así. Hemos vuelto, ya sin paliativos, a lo puramente mercantil que inspira una sociedad perfectamente clasificada en tres productos sociales: esclavos, consumidores y sumisos. ¡Todo encaja!
Esa es la intención política.